Desde los tiempos del colegio me ha parecido absolutamente inútil una lectura en voz alta de un texto. No se gana nada, y se pierde en muchísima velocidad. Pero ahora en el cortometraje es distinto. Hoy tenía que terminar un trabajo y mi actividad respecto del corto ha sido breve. Por eso lo que he hecho ha sido leer el guión en alto, para ajustar cosas y darme cuenta de las cosas que aún faltaban. Nada más en un día de trabajo rutinario. See ya.
Sunday, September 30, 2007
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