Mi primer payaso. Se llama Hugo Chávez. Es el presidente de
Antes de su llegada al poder Venezuela no era una democracia, ni mucho menos. Tampoco lo es ahora, ni lo será en un futuro cercano. Pero es que con su presencia las oportunidades de ese país se aminoran de una forma tan drástica que ya no es sólo el hecho de que gobierne neutramente, sin pena ni gloria, y pacíficamente, hasta que transcurran sus tropecientas legislaciones. No. Es que está haciendo un verdadero daño a las estructuras nucleares del país.
Se ha convertido en el enésimo DICTADOR suramericano. La libertad de expresión no existe, la libertad de prensa no existe la libertad de asociación no existe. Por ahora la libertad de huelga existe más o menos, la cosa es esperar algunas semanas para ver aparecer las primeras cargas policiales.
La Historia, sabia, ha visto nacer, crecer, instalarse y finalmente perecer a una pléyade de dictadores, a muchos tiranos, a muchos destructores que sólo hicieron mal a su propio pueblo.
Pero, por alguna razón que se me escapa cuando las cosas son tan evidentes, nadie parece darse cuenta (al menos nadie que pueda hacer algo) de lo inminente, y nadie parecer tener los suficientes huevos como para pararle los pies.
Evo es indefenso, absolutamente inútil, pero tiene una oposición estructurada que no lo dejará ir muy lejos, especialmente a partir de diciembre. Pero Chávez se ha ido armando, entre risas, burlas y PAYASADAS de la talla de “Aló Presidente”, su fortaleza en el poder. Si viviera en Caracas yo iría haciendo las maletas.
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