
El caso es que llegado el momento, ni siquiera Carrero Blanco, ni Arias Navarro se supieron dignos de ese cargo. Así que nos saltamos la línea sucesoria (como el hijo, el padre, Juan, también era un imbécil) y escogimos a un chavalito (nada como el de la foto) que poca idea tenía de gobernar ni de ser un jefe de Estado. Allí estaba, con pocos años, listo para dirigir el cotarro.
Porque aunque a muchos les desagrade el admitir esa idea, es la única persona en una postura y situación de mando que ha perdurado todos estos años. Es la persona que nos une, y que nos mantiene unidos, y que también nos desune y en la que no terminamos de ponernos de acuerdo.
A mí no me cae especialmente bien, en concreto, me parece un PAYASO. No por lo que hizo el otro día, al contrario. El otro día, y cito a un periodista, "mi corazón republicano latió por el Rey", por primera vez. Estaba en su sitio, plantado. Bien que diplomáticamente no era correcto su gesto, poíticamente estaba perfecto.
No me gusta porque es una persona que está ahí sin ningún mérito. Hasta a Rodríguez tengo que reconocerle el mismo mérito que las personas contrarias a Bush debemos reconocerle también a él: ya sea por convicción o por estupidez momentánea, bastantes millones de imbéciles lograron votarle. Y están ambos en el poder.
Pero es que este hombrecillo no ha hecho nada por lo que mereciera el puesto. Estoy en contra de los cargos sucesorios. Y mira que esta postura me favorecería. Pero no. Creo en el mérito propio, en la meritocracia, si eso significa algo para la cantidad de iletrados que pululan por el mundo y que las ideologías reúnen en un "mínimo esfuerzo, máximo rendimiento". Juan Carlos nació futuro rey, o bueno, tenía que no cometer grandes errores para llegar a serlo.
Ahora y siempre ha errado su tiro en cuanto a apoyos políticos. Buscó amigos en la izquierda, y siguen cayéndole mejor los dirigentes socialistas, cuando comete el mismo fallo que todos los altos cargos del mundo: se olvida de la Historia.
En 1936 (fecha que últimamente está de moda, parece) Alfonso XIII no abandonó el país por la izquierda. Abandonó el país por no tener el apoyo de la derecha, que decidió votar republicano en unas elecciones municipales, no por la izquierda que siguió votando en la misma dirección. Tiene suerte Juan Carlos que "Josep Lluis Carod Rovira" (lo pongo entre comillas porque es un alias como cualquier otro, no su verdadero nombre) sea un inepto y no se anime más gente a votarle, ni que exista una alternativa real a los partidos monárquicos.
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