Tuesday, February 12, 2008

"Lars and the real girl" de Craig Gillespie











Esta película es absolutamente delirante. Craig Gillespie (segunda película después de Mr. Woodstock) cuenta la historia de un joven Lars (Ryan Gosling) que vive enfrente de su hermano y su cuñada (Paul Schneider y Emily Mortimer) y que un buen día, ante la soledad, se compra una muñeca hinchable, le pone de nombre Bianca y decide que todo el pueblo tiene que interactuar con ella como si fuera de verdad. Ni que decir tengo que todo el pueblo, como adora a Lars y a su familia, decide por consejo de la psicóloga (Patricia Clarkson) seguirle la corriente a ver qué es lo que pretende Lars. Lo que provoca son una serie de hilarantes (pero a la vez maquiavélicas) situaciones, en que llegas a sentirte culpable por reírte, pero que sacan lo mejor de la humanidad de los personajes, poniendo a Lars en el centro como catalizador de una población, de unos amigos y, sobretodo, de una familia que no termina de recomponerse de la muerte de la madre en el parto de Lars (hace más de 30 años) y la dureza disciplinar del padre de los dos hermanos.

No sólo te replantea cómo considerar a las personas con dificultades para interactuar con los demás. También juega al peligroso juego de hacer sentir compasión y a la vez hartazgo y a la vez risa y a la vez desesperación, con absoluta maestría, de manera que un sentimiento da pie al siguiente y para cuando termina la película toda la audiencia está enamorada de Lars.

Un cuento sobre la soledad (“Sometimes I get so lonely I forget what day it is, and how to spell my name”) y sobre las maneras de evitarla. Mediante la muñeca de plástico (debidamente vestida como la misionera que es), Lars crea un mundo en que ya no se siente solo, en que ya no vive enfrente de su familia, como un apósito, sino que cobra vida, irónicamente, a través de su pareja de plástico.

Como la psicóloga quiere vigilar a Lars, decide decir que tiene la presión sanguínea baja y procede a verle todas las semanas, mientras que la “someten a un tratamiento”, y ellos dos comienzan a contarse sus vidas en lo que son de las más asombrosas piezas de diálogo que han sido escritas para el cine en los últimos tiempos. Cito un ejemplo en que Dagmar (la psicóloga) pregunta a Lars sobre su cuñada (Karin).

Dagmar: So, tell me about Karin. I don't know her very well.
Lars: Oh, she's wonderful. Gus and I are very lucky with women - she's wonderful. But she...
Dagmar: That's okay, let's find you something to read
Lars: No, it's just… between us?
Dagmar: Of course.
Lars: I'm worried about her. I think she has a little problem.
Dagmar: Oh, well, maybe you shouldn't tell me.
Lars: No, that's okay. It's just, and I think it's because she's insecure, it's just, she's just always trying to hug everybody. You know, some people don't like that. Some people don't like to be hugged. But she doesn't realize that. She takes it personally, and, it hurts her feelings. I don't know what to do about that. Do you?
Dagmar: It's such a comfort sometimes, just to have somebody's arms around you. Don't you think?
Lars: No.
Dagmar: It feels good.
Lars: It does not feel good. It, it hurts.
Dagmar: Oh, like a cut, or bruise?
Lars: Like a burn. Like when you go outside and your feet freeze and you come back in and then they thaw out?
It's like that. It's almost exactly like that.

Ryan Gosling está convirtiéndose (si no lo es ya) en uno de los intérpretes más sólidos de su generación, sorprendiendo como el niño-hombre Lars, encerrado en sí mismo, como un animal herido por la falta de madre y exigencias del padre, solo ante el mundo (a pesar de que su hermano le brinda todo el apoyo que necesita, al parecer necesita más), inteligente hasta decir basta (él inventa a Bianca para salvarse) y absolutamente delirante.

Paul Schneider (que hace de “Gus”) ya había dado la campanada en el cine indie (en el cine comercial lo recordamos como el padre del hijo feroz, y primo de Orlando Bloom en “Elisabethtown”, que quiere que su hijo siga sus pasos y también, como él, se convierta en una estrella de rock), pero de nuevo los personajes de rabia contenida, desesperados pero de buen corazón se le dan bien y da la réplica perfecta a una Emily Mortimer embarazadísima que es adorable como la cuñada que siempre se preocupa por Lars.

Destaco a Patricia Clarkson, la psicóloga, que demuestra ser tan sabia como humana, dejando entrever también su dolor y al final llegando a la conclusión de que todos somos humanos, todos reímos y todos sufrimos, pero algunos tienen el coraje, como Lars, de mostrarse cual gato panza arriba.

Por último, un momento espectacular entre los dos hermanos (el mayor que quiere dejar de hacerse cargo del pequeño y seguir con su vida propia y el pequeño que sigue mirando al mayor en búsqueda de consejo), otra química muy lograda en la película, que recomiendo a los amantes del cine indie porque es auténtica y a los que no tienen ni idea del cine indie, porque esto resume bastante bien la idea del mismo y ejemplifica todo lo que éste defiende y los cineastas españoles podríamos tomar nota:

Gus Lindstrom: How'd I know what?
Lars Lindstrom: That you were a man.
Gus Lindstrom: Ahhh. I couldn't tell ya.

No comments: